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miércoles, 15 de diciembre de 2010

¿Puede la apología de la pederastia justificarse porque es "literatura"?

Transcribo la crítica de Lucía Etxebarría para su máxima difusión.



Es un debate que estos días se agita en España. ¿Puede la apología de
la pederastia justificarse porque es “literatura”? Este fue el
argumento esgrimido por Esperanza Aguirre, la Presidenta de la
Comunidad de Madrid, para defender a su protegido Fernando Sánchez
Dragó… Otros y otras han intervenido. La más ética, a nuestro parecer,
Lucía Etxebarría.

Todo empezó cuando alguien descubrió parte del contenido de un libro
en el que Sánchez Dragó y Albert Boadella dialogan sobre sus
“vivencias, ideas y reflexiones”. Allí cuenta, “porque el posible
delito ya está prescrito”, su aventura en Japón con dos “zorritas” de
13 años.
Esperanza Aguirre sele en defensa de Sánchez Drago (que tiene un
programa en la televisión madrileña), comparándolo con García Márquez
y Nabokov, el Nobel autor de Lolita. Ver en Público
Pilar Rahola ha dicho en TV3 que “Sánchez Drago es un cerdo inmoral”.
Y ha escrito en La Vanguardia una carta abierta a Esperanza,
inistiendo en que suese texto no es literatura.
Pero la más contundente ha sido la aparentemente más desinhibida,
Lucía Etxebarría, que agarra el toro por los cuernos y ataca al
intocable, criticando el machismo que reflejan muchas de las novelas
del mismo García Márquez. Por eso reproducimos este texto que ella
misma expresamente nos envía a todos los usuarios de la red para que
lo comentemos:

ARTICULO DE LUCIA ETXEBARRIA SOBRE GARCÍA MARQUEZ

Argumento de una novela: Un periodista ochentón verifica,
entristecido, que su potencia sexual ya no es la que era. Cosas de la
edad. Llama entonces a su proxeneta de confianza, aquel que le
proporciona – a él y a media ciudad – los mejores Chaperos, y le pide
que le busque un jovencito al que nadie haya tocado. El proxeneta le
llama unos días después: ha localizado a un magrebí de barriada
obrera, de catorce años, virgen con garantía, cuya familia está de
acuerdo en vender los favores del chaval porque el padre está en paro
desde tiempo inmemorial. La noche acordada, el proxeneta le
proporciona una droga al chico para tranquilizarlo y favorecer los
avances del anciano pero con tan mala fortuna que el chico, agotado
tras una jornada particularmente dura – pues a pesar de su corta edad
ya trabaja ilegalmente en una fábrica – se queda tan profundamente
dormido como para hacer imposible su desfloración.
El viejo permanece toda la noche contemplándolo, extasiado con su
belleza y cuando vuelve a casa el ochentón lleva tal calentón encima
que, ante la visión de la dérriere de su secretario, que está agachado
recogiendo unos papeles, no puede contenerse y le viola. Luego, le
arroja unos billetes a modo de compensación.

Si este libro se publicara en España, el escándalo sería mayúsculo,
del tipo del que le cayó encima a Arthur C Clarke en 1998, cuando The
Mirror le acusó de ser un pedófilo. O sin ir más lejos, mi amiga Lola
Beccaria tuvo que oír de todo a propósito de la publicación de su
novela ” Una mujer desnuda”, en la que se narran las relaciones de una
prepúber con un amigo de su padre.
Pero resulta que cuando sale al mercado un libro con el mismo
argumento, el mismo, pero con la sutil diferencia de que el putero es
un señor heterosexual y la niña vendida y la criada violada (analmente
por cierto) dos mujeres, nos encontramos entonces con “una admirable
historia de amor… una estupenda metáfora de la sociedad donde todos
caben con suficiencias o exageraciones, una novelita-joya que contiene
sabias frases de prosa brillante, desbordante, donde la pasión tardía
se enseñorea en el corazón del viejo”, en palabras de la crítica. Toma
ya. Botón de muestra que describe al aluvión de reseñas favorables que
se ha desbordado por los suplementos culturales españoles, unánimes en
su admiración. Sí, me estoy refiriendo a la última novela de García
Márquez, al que, como Premio Nobel, se supone que debemos respeto.
Premio Nobel de la Paz fue también Henry Kissinger, responsable
directo del golpe de Estado Militar contra Allende y de toda las
dictaduras (incluidas las que falsamente se disfrazan de democracias)
que campean hoy en América Latina.

¿Les he convencido con este ejemplo del androcentrismo imperante en la
critica literaria? Pues daré otro: En cada entrevista, cada una, que
he hecho de entre las más o menos veinticinco a propósito de la
edición francesa de mi libro “Una historia de amor como otra
cualquiera” me han hecho la misma pregunta: ¿Por qué sus protagonistas
son mujeres? Estoy por ver que alguien le pregunte a Houllebeq o a
Beigbeder la cuestión inversa. Y no se lo preguntan porque, pese a que
las mujeres seamos mayoría en el mundo ( 53% de la población), a día
de hoy lo masculino es la norma y lo femenino es la desviación, y por
eso resulta tan extraño que se escriba sobre mujeres.

Podría escribir sobre muchísimas escritoras injustamente olvidadas o
no reconocidas en su valía: Ángela Figueras Aymerich, María Teresa
León, Rosa Chacel… Podría hablar de una conversación con la hija de
Carmen Laforet en la que ella me confirmó lo que yo ya sospechaba: que
su madre había dejado de escribir incapaz de soportar la presión y las
críticas (algo parecido me pasó a mí, que me planteé muy en serio
abandonar el oficio después de la reacción que suscitó mi segunda
novela, Beatriz y los cuerpos celestes).
Podría escribir de Ana María Matute, que sufrió los embates de una
censura feroz que le impidió ejercer su escritura en libertad. Podría
hablar de cómo El País, el supuesto diario “progresista español”,
publicó, para cerrar el último número del siglo veinte de su
suplemento cultural, un artículo titulado ” Los mejores escritores
españoles del siglo” en el que no se incluía a una sola mujer…

Y entre tanto mientras todo el mundo se rasga las vestiduras al hablar
de páginas de pedofilia en Internet, el Nobel, sus editores y su
agente se llenan los bolsillos de plata, y en este país se oculta el
triste hecho de que el 75% de los hombres que pegan a sus mujeres
abusan también de sus hijas, y la sociedad bienpensante cierra los
ojos al pasar por la calle de la Cruz, por la Montera, o por la casa
de Campo, donde muchas menores de edad se ven obligadas a vender su
cuerpo para lucrar a las mafias que las explotan, porque vivimos en un
mundo plagado de millones de putas tristes que no lo son porque les da
la gana, sino, precisamente, porque una cultura machista, perpetuada
por la literatura, por los textos escolares, por el cine, por la
publicidad, por la tradición, ha enseñado y sigue enseñando a los
varones que la explotación y el maltrato a la mujer no solo es un
hecho permisible, sino romántico. Como también enseña que la mujer
deseable es aquella mujer bella que no habla, que solo nos escucha, y
jamás nos contradice y, por lo tanto, si se pasa la vida dormida,
tanto mejor, porque ya se sabe que, desde siempre, a los hombres nos
gusta cuando callamos, porque estamos como ausentes y porque
calladitas estamos más monas, y que el amor, según mucha literatura,
no es un intercambio adulto y consensuado en el que cada cual da y
recibe, sino una relación de dominación en la que una parte de la
pareja se somete totalmente a la otra.
¡Lucía, por favor, es solo ficción!, dirán algunos. Pero cito a
Florence Thomas cuando escribe: “El lenguaje es el fundamento de la
reproducción del sexismo; es un aparato de construcción y de
representación de la realidad y por consiguiente de la acción sobre
ella por medio de elaboraciones simbólicas. A través de él
internalizamos ideas, imágenes, modelos sociales y concepciones de lo
femenino y de lo masculino, entre otras..” En cristiano: que de lo que
se lee, se aprende, y que la única forma de cambiar la sociedad pasa
por intentar transformar los modelos de representación que reproducen
las estructuras dominantes.

En un país como Colombia, en el que casi 40.000 menores de edad
practican (y no libremente) la prostitución, según estimaciones más
que fiables de la DAS y la Interpol, y en el que todas las fuentes
coinciden en afirmar que el ingreso de niños y niñas a la prostitución
es cada día mayor y las edades de vinculación cada vez más tempranas,
¿no podría haber aprovechado el Premio Nóbel la plataforma que le
ofrecen su fama y su prestigio para ayudar a luchar contra semejante
lacra en lugar de idealizarla y glorificarla? Y cuando media España
protesta unánimemente contra los casos de prostitución infantil de
Barcelona ¿no es hipocresía que nadie, en ninguno de los medios mal
llamados suplementos culturales de este país se haya atrevido a alzar
el gallo para decir que García Márquez puede escribir mejor o peor,
pero que lo que ha escrito se llama apología de la explotación
infantil y de la violación, y que como tal debe leerse, y nunca como
historia de amor?

Me gustaría que este artículo se fuera pasando en red a todos los
colectivos feministas, o a las listas de correos. En el hecho de que
todos los suplementos “culturales” españoles han puesto la novela por
las nubes. Si admitimos en hipótesis que sí, que cada cual puede
escribir lo que le dé la gana dado que todo se puede hacer desde la
ficción -o eso dice la crítica- y que lo importa es la belleza de la
obra, y que por eso García Márquez tiene derecho a escribir sobre lo
que a él le guste, al menos tengamos en cuenta que lo que no se puede
hacer, desde la crítica, es llamar “historia de amor” a una relación
de abuso, porque eso SI que es hacer apología, o no advertir que el
protagonista de este libro en ningún momento se cuestiona la
legitimidad de comprar los favores sexuales de una menor y de drogarla
para que los realice, ni de violar asnalmente a una criada que depende
del violador para su sustento. Combatamos al machismo institucional
desde la red, que es lo único que nos queda.
Lucía Etxebarría

domingo, 12 de diciembre de 2010

LETRAS DE CANCIONES SEXISTAS Y VIOLENTAS

El reggaeton es esa moda musical que con letras sexistas y simplonas que defienden el dinero fácil, el sexo fácil y las mujeres fáciles, no paramos de escuchar. Tiene un ritmo repetitivo que supuestamente viene de una mezcla del reggae, del hip hop y del merengue que, evidentemente, invita a bailar.
Genera un estilo pandillero y es más bien una apología a la violencia.
Las discográficas han conseguido que la gente asocie que una música que sale mucho en la tele es porque se vende, y si esto es así, es porque es buena.

El reggaeton ha sido prohibido en las televisiones latinoamericanas por su alto contenido machista y violento. Los muchachos dicen que las mujeres se les acercan a ellos porque quieren que les den sexo porque sí, y violento porque habla de sacar las automáticas a la primera de cambio. Si le cabreas te pega dos tiros y se acabó. Así lo vemos en la letra de la canción “Baila morena”

“Dale Boster, aceita la automática”

(Boster es el jefe de un punto de venta de drogas o la persona que se contrata para que mate a otro y, por supuesto, la automática es la pistola).

El género se empezó a escuchar en Europa con “Papi chulo” y se difunde ahora en las emisoras de la mano de Don Omar (Dale don dale), Daddy Yankee (La gasolina) o Tego Calderón (Guasa guasa).

Lo cierto es que el reggaetón habla, sobretodo, de sexo, con unas letras explícitas o de metáforas muy visuales. Y también hablan de violencia en los barrios marginales, las guerras por los “puntos” de droga y la crítica social, siempre añadiendo a las bases machaconas ritmos afrocaribeños.

De hecho, los primeros artistas de reggaetón en sacar producciones al mercado lo hacían auspiciados por narcotraficantes por lo que, sumado a que muchas de sus estrellas han tenido problemas con las drogas, al género le cuesta desvincularse de la criminalidad.

En el caso del reggaetón, los que bailan este ritmo imitan a los perros haciendo el amor, por eso al baile se le llama el “perreo”.

“Se podría decir que el baile ha sido llevado mas allá de lo que ‘normalmente’ estamos acostumbrados a ver o esperamos ver en público, y ya se ven parejas casi acostadas en la pista de baile simulando actos sexuales”.

Dentro de este estilo musical que se ha puesto tan de moda y que no para de escucharse en discotecas y chiringuitos playeros y que, por si fuera poco, ya empezamos a ver en algunos anuncios de TV como, por ejemplo, uno de helados en que los chicos/chicas se meten los polos en los bolsillos traseros de los vaqueros mientras se escucha “Mueve tu culo, mueve tu culo” con esta música, tenemos también la canción “Dame más gasolina” que es aún peor que la de “Baila morena”. Esta canción dice, entre otras lindezas:

Zumbale mambo pa' que mis gatas prendan los motores...

Gatas son las mujeres, normalmente, las prostitutas.

Que se preparen que lo que viene es pa' que le den...
Lo que me gusta es que tu te dejas llevar...
Todos los weekend´s ella sale a vacilar
Mi gata no para de janquear

Los weekends son los fines de semana y ganguear es salir a pasear con la pandilla.

A ella le gusta la gasolina
(Dame mas gasolina!)
Como le encanta la gasolina
(Dame mas gasolina!)

Por cierto, la gasolina es el alcohol.

Y la canción continua diciendo:

Esto va pa' las gatas de to's colores
Pa' las mayores, pa' las menores
Pa' las que son mas zorras que los cazadores
Pa' las mujeres que no apagan sus motores

Como se puede ver, la imagen de la mujer no puede salir peor parada y, además, nos incluye a todas, sin distinción de edad, raza o religión. No somos más que gatas en celo a las que sólo nos preocupa “acicalarnos” para ir a la caza del primero que se nos ponga por delante.

Y sigue:

Ella prende las turbinas
No discrimina (o sea, le da igual uno que otro)
No se pierde ni un party de marquesina
Se asicala hasta pa' la esquina
Luce tan bien que hasta la sombra le combina
Asesina, me domina
Janguea en carros, motoras y limosinas
Llena su tanque de adrenalina
Cuando escucha reggaeton en las bocinas

Y esto es lo que escuchan, cantan y bailan nuestros adolescentes y estos son los mensajes que están recibiendo: Sexo fácil, dinero fácil y mujeres fáciles. La verdad es que no sé si realmente les llegan estos mensajes porque la letra es verdaderamente ininteligible. Yo, particularmente, y me imagino que la mayoría de nosotras, estamos hartas de escuchar estas canciones, y hasta que no la he visto escrita y la he analizado, no me he dado cuenta de las barbaridades que dicen, ésta y otras muchas por el estilo.

LETRAS DE CANCIONES SEXISTAS

“Antes muerta que sencilla”

Por Concha Alarcón González
Asociación de Mujeres “Nerea” – Alhaurín El Grande



"Antes muerta que sencilla..." casi nada si se quiere profundizar en ello y casi nada si se aplica al pie de la letra.
Muchos dirán que el título es gracioso, divertido, incluso provoca una pequeña sonrisa en algunas personas. No se fijan en lo que esa frase refleja ni en que lo ven y escuchan los jóvenes. No digo que fuera intencionado el título y que esta chica se haya dado cuenta, sólo que quién la escribió no reflexionó lo suficiente. Y si me equivoco, si tuvo tiempo de discurrir, estudiar, considerar, suponer, calcular, o sospechar, qué pasaría si se usara esa frase como consigna, ya no tiene excusa.
Lo malo es que la pobre niña seguramente acabará creyendo su propio argumento, crecerá con esa frase en la cabeza (tanto repetir siempre ayuda a recordar, y recordar a veces es una desgracia). El impresentable que la escribió debe estar muy tranquilo, porque seguramente pertenece a ese mismo grupo social, a los que creen que es mejor la muerte a la sencillez, el dinero a la tranquilidad, el tener al ser libre. Así quieren educar a los jóvenes, inculcándoles valores absurdos como esta frase que repiten sin saber lo que están diciendo. Después nos quejamos de la falta de lectura, de la televisión basura, de las aspiraciones de la juventud que todo lo quieren ya, sin luchar, sin pelear, sin apenas batallar, y encima aquí ayudando a que frases como esta triunfen.
Yo espero que esa niña de nueve años un día comprenda que la utilizaron para ganar dinero, para lucrarse a su costa, que su infancia desapareció el día que pronunció por primera vez esa horrible y fatal frase, esas palabras que la torturarán mientras viva.
Ella no tiene culpa a su edad. Siendo tan joven, es una marioneta en manos de personas sin escrúpulos: sus padres, la discográfica, el público, y en esa carrera del “todo por la pasta”, está claro que es ella la única que va a salir perdiendo. Está claro que el dinero gusta demasiado, al igual que la fama, pero nadie comprende que la fama es como el amor: Uno nunca sabe cuando aparece, ni cuando se va. Como dijo Borges una vez: “En mi caso, la fama es un error unánime”, y en el suyo también.
Y ahora, analicemos la primera estrofa:

El pintalabios, toque de rimel
Moldeador como una artista de cine
Peluquería, crema hidratante
Y maquillaje que es belleza al instante
Abrid la puerta que nos vamos pa'la calle
Que a quién le importa lo que digan por ahí

Observen la maestría de la letra al identificar y predisponer a las niñas de 9 años con los objetivos futuros de cualquier mujer que se precie. Resulta evidente que lo que ha de hacer una mujer es pintarse como una puerta, acudir a una peluquería para que le pongan mechas y embadurnarse de cremas variadas porque, en definitiva, lo que se espera de ellas es que estén bellas siempre, lo más posible y rápidamente, para estar preparadas a recibir al macho que busca la belleza y… ¡hala, pa´ la calle! Total, qué importa lo que digan.
Como se puede ver, el mensaje resulta claro y aplicado a una niña de 9 años responde a lo que se espera de ella: ¿para qué vas a estudiar si tú lo que tienes que hacer es perpetuar la especie poniéndote guapa?
Pero seguimos con el aleccionador mensaje de la canción:

Antes muerta que sencilla,
ay que sencilla, ay que sencilla
Antes muerta que sencilla,
Ay que sencilla, ay que sencilla


Por supuesto. Antes muerta que sencilla. ¡Por favor! ¿Cómo me voy a poner un traje del mercadillo pudiendo vestir de Versache? Antes muerta, claro. La sencillez es horterada, del vulgo churretoso. No se me puede comparar a mí con la chusma obrera que para eso visto de marca y marco la diferencia.
¿Qué le pasa a la sencillez que prefieren todos morirse antes que vivir? La sencillez radica en uno mismo, en sus actos, en sus pensamientos, ¿por qué hay que complicarla? A veces lo complejo, lo complicado, nos transporta por caminos sinuosos hacía la incomprensión. Quizás lo que hace que la sencillez tenga mala prensa es que está supuestamente al alcance de todos, cuando en realidad, la sencillez no es nada fácil de conseguir. Despojarnos de lo que sobra, desnudarnos y mostrarnos tal y como somos, sin adornos, sin máscaras, es algo que pocas personas consiguen a lo largo de su vida.
Y seguimos:

Y es la verdad porque somos así
Nos gusta ir a la moda,
que nos gusta presumir
Que más nos da que digas tu de mí
De Londres, de Milán, de San Francisco o de París

Pues claro que sí. A la moda y a presumir, a ser fashion de la muerte. Lo de leer un libro va a ser que no, que es una horterada.

Y hemos venido a bailar
Para reír y disfrutar
Después de tanto y tanto trabajar
Que a veces las mujeres necesitan
Una poquita, una poquita, una poquita,
una poquita libertad

Eso sí, libertad, “poquita”, no vaya a ser que nos acostumbremos a lo bueno.
Y aquí si que lo ha bordado el letrista. La libertad consiste en bailar. Claro, después de trabajar tanto, maquillándose y de tiendas, ¿Cómo no se le va a conceder ese pequeño desahogo? ¡A bailar que libera un montón!

Mucho potaje de los de antes
Por eso yo me muevo así con mucho arte

Esto ya me ha descolocado. No se si se refiere a la dieta mediterránea como meta, o a todo lo contrario. Habrá que investigar.

Y si algún novio se me pone por delante
Le bailo un rato
Y una gotitas de Chanel nº 4
¡El más barato!

La referencia a Marilyn Monroe es clara, aunque el autor se recate un poco al cambiar el chanel nº 5 por el 4 al tratarse de una cría. Pero está claro. Se le baila al macho, al novio, y sólo con chanel nº 4, que es más barato. Como ven no tiene desperdicio.
Y esta letra es la que han obligado a cantar a una niña de 9 años. Una estupidez sin nada dentro, pero que además contiene mensajes muy peligrosos como el estribillo “Antes muerta que sencilla”, que es una clara indicación de una cierta manera de pensar que no debería de ponerse de moda. Lo malo es que se puso de moda y todas las niñas la cantaron.

domingo, 5 de diciembre de 2010